Formas de tratar el Divorcio
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FORMA DE TRATAR EL DIVORCIO Y EL NUEVO CASAMIENTO
Si hay algo que se ha puesto claro a lo largo de este estudio es esto: los casos de divorcio y nuevo casamiento son complejos; no son tan simples de tratar como algunos piensan. No me refiero a los quebraderos de cabeza, las vidas rotas, las luchas, las expectativas hechas pedazos y todo esto. Para considerar estas cosas —y deberían ser consideradas— serían necesarios dos o tres libros más. Pero me refiero, simplemente, a la complejidad de los principios y procedimientos que hay que aplicar. El pecado (y, en particular, el fallo en tratarlo y sus consecuencias bíblicas) en sí es bastante complejo.
¿Hay alguna manera de resumir todo lo dicho? ¿Podemos redactar una lista de verificación (poniendo junto el contenido esencial de todo el libro) de modo que pueda ser usada para analizar y decidir los casos particulares? La siguiente lista de principios y preguntas, aunque incompleta, como es natural, será útil para hacerlo. Hay que asegurarse de considerar en cada caso si es aplicable.
I. Principios:
A. Matrimonio:
1. Es una institución ordenada divinamente.
2. Es la institución primera y más fundamental.
3. Es obligatorio y por medio de pacto.
4. Es un pacto de compañía o compañerismo.
5. Es el lugar para la verdadera intimidad.
6. Ha de ser conformado al modelo de Cristo y su Iglesia.
Divorcio:
1. Siempre resulta del pecado.
2. No es necesariamente pecaminoso.
3. Siempre destruye un matrimonio.
4. Nunca es necesario entre creyentes.
5. Es legítimo cuando la causa es el pecado sexual.
6. Es legítimo cuando un no creyente desea divorciarse del creyente.
7. Es perdonable cuando es pecaminoso.
C. Nuevo casamiento:
1. En general, es deseable.
2. Es posible para una persona divorciada.
3. Es posible, por medio del perdón, para una persona divorciada pecaminosamente.
4. Es posible sólo cuando se han cubierto todas las obligaciones bíblicas.
5. Es posible sólo cuando los dos cónyuges son preparados para el matrimonio.
II. Preguntas:
1. ¿Son cristianos los dos, uno o ninguno de los cónyuges?
2. ¿Quién quiere el divorcio?
3. ¿Con qué motivos o base?
4. ¿Quiere este cónyuge realmente un divorcio o sólo un cambio en la situación?
5. ¿Ha sido infringido 1.a Corintios 6?
6. ¿Hay presente pecado sexual?
7. ¿Hay evidencia aceptable de dicho pecado o se trata sólo de comentarios o suposiciones?
8. ¿Ha sido aplicada disciplina de Iglesia? (Mateo 18:15 y ss.).
9. Si es así, ¿con qué resultado?
10. ¿Hay arrepentimiento y perdón?
11. ¿Ha sido requerida la reconciliación?
12. ¿Quiere el no creyente que el matrimonio continúe?
13. ¿Se ha casado el antiguo cónyuge con otro u otra?
14. ¿Falló alguna Iglesia en tratar el divorcio/nuevo casamiento de modo debido?
15. Si es así, ¿en qué? Y ¿qué hay que hacer para rectificar lo que se ha hecho mal?
16. 16. ¿Está el creyente en un estado en que la Iglesia puede declararle libre de toda obligación y, por tanto, libre • para volver a casarse?
17. Si no es así, ¿qué más es necesario hacer para llevarle a esta condición?
CONCLUSIÓN
He pensado en la posibilidad de considerar toda clase de casos a la luz de los principios y procedimientos que he establecido en este libro, para demostrar la forma en que se pueden aplicar mejor. Pero he decidido no hacerlo (quizá lo haga más adelante en otro contexto):
Primero, es difícil que se le ocurran a uno todas las situaciones posibles.
Segundo, quiero poner este libro en manos de la comunidad cristiana en general: legos y pastores, consejeros y estudiantes de la Biblia. El considerar toda clase de casos hubiera hecho el libro en exceso voluminoso y caro. Ambos factores habrían tendido a reducir el número de lectores.
Tercero, tengo otras cosas que hacer, y el incluir estos casos hubiese diferido la publicación de este libro varios meses, por lo menos. Como hay una gran necesidad de su publicación, he decidido ponerlo a la prensa inmediatamente.
Mi oración a Dios es que use este libro para proporcionar equilibrio y bendición a su Iglesia. Lo he escrito pensando en estos dos propósitos.
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